¿Cultura?


Considero como Lugones creía, que estamos en un proceso de ‘cretinización’ y esto se ha agravado en los últimos 40 años en Ecuador y de forma similar en el resto de América Latina. Decir “desculturización” es una palabra que parece un contrasentido ¿verdad?; puede estar mal desde el punto de vista semántico, lo sé. Pero analicemos este tema. Si acaso yo, ciudadano ecuatoriano tengo cultura ¿Es posible que la pueda perder? La respuesta es: no. Pero pensemos si es  posible que las generaciones actuales sean más cultas que las anteriores debido al hecho de estar interconectados con medios audiovisuales, Internet 24 horas, bibliotecas  virtuales con millones de libros, acceso gratuito a la educación, diversificación de mercados y por consiguiente de aparentes oportunidades en desarrollo técnico y profesional. ¿Es posible que con todo esto, las personas en la actualidad sean más cultas que antes? La respuesta también es: no.

En Ecuador, mi padre guayaquileño y mi madre machaleña se graduaron en la que hoy se llama Universidad del Azuay, en la ciudad de Cuenca. En esa época, década del 70, dicha universidad sufrió cambios y fue extensión de la Universidad Católica de Guayaquil y luego extensión de la Pontificia Universidad Católica de Quito. Como sea. La carrera de Filosofía y Letras a tiempo completo y se estudiaba la gramática griega, latín, castellano, literatura… No se diga el rigor académico y el ejercicio intelectual, es decir: aprendizaje y razonamiento forjado por el martilleo intelectual de las bellas artes, la técnica y las ciencias.

Las bibliotecas ofrecían textos en inglés, francés, castellano, latín, griego y otros idiomas. El rigor académico hacía recordar a la universidad de Salamanca donde los profesores usaban la misma frase de “Lo que natura non da Salamanca non presta”.

Me recuerda una charla a la que accedí en formato digital del padre Castellani. Él comentaba que su amigo el pensador Lugones,  le decía que la Argentina estaba viviendo un proceso de ‘cretinización’ (eso por los años 70). Lugones comentaba que antes los libros en italiano  (también francés y otras lenguas con seguridad) eran pedidos y estudiados, es decir, el alumno estaba en la capacidad crítica para tomar un libro escrito en otra lengua y aprehender de estos, el conocimiento. Ya antes de la década de los 80, la gente no se atrevía ni a leer en italiano, aunque esta lengua es muy similar a la lengua de Castilla.

Entender el problema cultural fue el primer paso para entender el problema económico; Por eso me remonté al génesis de la filosofía primera, aquella que describía Johannes Hirschberger, que se desarrolló en la Jonia, en las colonias griegas, sur de Italia y Sicilia. Luego en la polis: las bases del pensamiento occidental.

Hoy con la visión más clara  busco exponer criterios económicos desde una perspectiva real, descomponer el problema para desvendar las actuales falsas premisas del crecimiento, del  desarrollo, del bienestar.